Autoría

Un esfuerzo en equipo

Muy a menudo se identifica a Gaspar Oleviano y a Zacarías Ursino como los autores del Catecismo de Heidelberg. A través de los años ha habido cierto debate académico sobre esto, especialmente al respecto de la contribución de Oleviano; algunos dicen que Oleviano, como pastor, es el responsable del tono directo, cálido y personal del Catecismo, otros dicen que estaba menos involucrado. Al final, como en muchas investigaciones históricas, es difícil obtener respuestas definitivas.

En el prefacio de Federico III, sin embargo, está claro que la autoría del Catecismo fue un esfuerzo de equipo. El elector escribe: "en consecuencia, con el asesoramiento y colaboración de toda la facultad de teología de este lugar y de todos los superintendentes y distinguidos servidores de la Iglesia, hemos asegurado la preparación de un curso que condensa la instrucción o el catecismo de nuestra religión cristiana según la palabra de Dios en los idiomas alemán y latín ". 

Luego entonces, al menos tres grupos diferentes de personas fueron copartícipes de la preparación del Catecismo: profesores de teología, superintendentes y líderes de la iglesia, tanto pastores ordenados como laicos. El último grupo es un tanto comparable a los consistorios o consejos que conducen muchas iglesias reformadas hoy día. El segundo grupo necesita cierta explicación; puesto que la Reforma era, mientras corría el siglo XVI, un proceso en curso, algunas costumbres y estructuras a la manera romana permanecieron todavía por un tiempo en las iglesias protestantes. Por ejemplo, en la Iglesia Católica Romana un obispo es un clérigo de mayor rango que tiene bajo su responsabilidad un número de sacerdotes repartidos a lo largo de determinada área. Del mismo modo, los superintendentes de la iglesia reformada supervisaban las enseñanzas y la conducta de un grupo de pastores en un espacio específico. Con el tiempo, el cargo de superintendente desapareció de la vida de la iglesia reformada, pero no sucedió de la noche a la mañana.

Debido a diversas fuentes tenemos una idea bastante clara acerca de quienes pertenecían a cada uno de estos tres grupos. La siguiente tabla resume lo que sabemos:  

Facultad de Teología

Superintendentes de la Iglesia

Consistorio de la Iglesia

Otros

Zacarías Ursino

Gaspar Oleviano

Gaspar Oleviano

Tomás Erasto 

Emanuel Tremelio

Juan Velvano

Adán Neuser

Elector Federico III

Pedro Boquino 

Juan Willing

Pedro Macheropoeo

 

 

Juan Silvano

Tilemann Mumio

 

 

Juan Eisenmenger

Juan Brunner

 

 

 

Miguel Diller

 

  

Es imposible desde nuestro actual punto de vista conocer el grado de participación de cada persona en la totalidad del proyecto. Algunos habrán participado en la redacción, otros en la edición o en la aprobación; en aras de la eficiencia y coherencia, sin duda, la mayor parte del trabajo debe haber descansado en los hombros de dos o tres personas y Ursino junto con Oleviano son los nombres destacados del grupo. Además, la participación del propio elector no debe ser subestimada, toda la evidencia indica que desempeñó un papel muy activo dentro de este proyecto de catecismo.

Al final, lo que verdaderamente importa no es quién escribió qué línea, y al contrario, deberíamos de estar agradecidos de que tantas personas hayan participado en la elaboración del catecismo, esto permitió que los puntos fuertes de cada involucrado se vertieran en este esfuerzo en conjunto y así se perfeccionara y mejorara el catecismo más allá de lo que se habría podido esperar si sólo una o dos personas se hubieran hecho cargo. La claridad, la brevedad y la calidez del proyecto una vez terminado demuestran que, como equipo, lograron un trabajo bien hecho.  

Gaspar Oleviano (1536-1587) 

El 10 de agosto de 1536, en la ciudad de Tréveris, nació Gaspar Oleviano. Su padre, Gerhard, era a la vez panadero y un prominente concejal de la ciudad; tristemente, murió de forma inesperada cuando Gaspar era todavía joven. Gaspar fue dejado, entonces, al cuidado de su abuelo. Después de asistir a las escuelas preparatorias locales, su abuelo lo envió a Francia para estudiar derecho. 

Oleviano resultó ser un estudiante brillante, pero pronto comenzó a aprender más que sólo derecho en Francia; Oleviano también conoció el vigoroso movimiento protestante, inspirado en gran parte por los escritos de Juan Calvino. Más tarde, mientras estudiaba en Bourges, conoció al hijo del elector Federico III, quien también estudiaba allí; los dos se hicieron buenos amigos. Una noche, sin embargo, ocurrió una tragedia, los dos jóvenes estaban en un ferry cruzando el río, un grupo de estudiantes borrachos estaban también en la barca, causando un alboroto; el barco se hundió. Oleviano intentó salvar al hijo de Federico III, lamentablemente no pudo y solamente el llegó a la orilla. Esa noche trágica tuvo un profundo efecto en Oleviano y se comprometió a servir al Señor, no como abogado, sino como un predicador.

Con el fin de cumplir este objetivo recién descubierto en su vida, Oleviano pronto viajó a varias ciudades Reformadas, aprendiendo de reformadores destacados como Juan Calvino, Enrique Bullinger, Guillermo Farel y Teodoro de Beza -todo un ilustre grupo de mentores- aunque fuera por un corto tiempo. Después de beber la mayor cantidad de sólida doctrina como pudo de estos hombres, volvió a Tréveris, su ciudad natal, y comenzó a enseñar latín en la escuela preparatoria local en 1559.

Sin embargo, la pasión y de visión Gaspar Oleviano era predicar el evangelio y no sólo enseñar un poco de latín. A medida que comenzó a predicar las doctrinas evangélicas de la salvación por la gracia mediante la fe, el arzobispo Johann von der Leyen dejó muy en claro que no apreciaba los sermones de aquél, de hecho, en poco tiempo, Oleviano y algunos otros fueron encarcelados por su fe. Al oír esto, el elector Federico III junto con otras personas movió los hilos necesarios para liberarlo de su confinamiento y llevarlo a Heidelberg. 

En enero de 1560 Gaspar Oleviano llegó a Heidelberg y comenzó a enseñar teología en la universidad, muy pronto, sin embargo, cedió este puesto a Zacarías Ursino que llegó poco después de que él lo hiciera. Ursino estaba mejor preparado para las responsabilidades de un profesor de dogmática. Esto también permitió a Gaspar cumplir con su principal pasión: la predicación. Después de un corto tiempo como pastor en la Iglesia de San Pedro, Oleviano se convirtió en uno de los predicadores de la iglesia principal, la Heiliggeistkirche.  

Más tarde, cuando Federico III murió y Luis IV le sucedió como elector, las circunstancias ya no eran tan favorables para Oleviano en Heidelberg. Fue enviado finalmente fuera de la ciudad, aunque continuó sirviendo a la causa de la Reforma en el área de Wetterau y Herborn. Murió en Herborn el 15 de marzo de 1587. 

Zacarías Ursino (1534-1583)  

Zacarías Ursino nació el 18 de julio de 1534 en Breslavia, a orillas del río Oder, en lo que hoy conocemos como Polonia. Aunque su apellido en latín era Ursino, mientras crecía, sus amigos habrían podido llamarlo por su nombre alemán, Zacarías Bär, que traducido literalmente significa Zacarías (el) Oso. 

A pesar de su apellido, no hay indicios de que el joven Zacarías fuera un niño particularmente intimidante o agresivo, por el contrario, parece haber sido un muchacho tranquilo y estudioso. Fue educado en la escuela local en Breslavia hasta que tenía quince años, durante ese tiempo probablemente recibió algún tipo de instrucción de catecismo por un hombre llamado Moibanus. Presumiblemente, la instrucción de catecismo que recibió en su propia juventud dio forma, hasta cierto punto, a los catecismos que escribió más tarde en su vida.

En 1550, a la edad de quince años, Ursino se trasladó a Wittenberg y estudió con el conocido reformador Felipe Melanchton. Algunos años más tarde, Zacarías también haría una gira por las ciudades europeas que habían abrazado la Reforma y al igual que Oleviano, en este viaje conocería a los principales hombres del movimiento, entre ellos Enrique Bullinger, Pedro Mártir Vermigli y Juan Calvino. Sin embargo hacia 1558 era momento de regresar a su ciudad natal de Breslavia y comenzar a dar buen uso a todos sus estudios. Se convierte en maestro de la escuela preparatoria local y, como parte de su plan de estudios, utiliza el catecismo de Melanchton (Examen de Ordenandos, 1552) para educar a la juventud. Ya fuera que se dieran cuenta y lo apreciaran o no, los jóvenes de Breslavia ciertamente tuvieron un maestro muy bien preparado para instruirlos en las doctrinas de la Salvación. 

Sin embargo, muy pronto se hizo evidente para Ursino que las cosas no estaban bien ni en paz en su ciudad natal; la controversia hervía, de nuevo, acerca de la doctrina de la Cena del Señor. Ursino, como estudiante de Melanchton, trató de adoptar un enfoque más equilibrado y moderado ante esta polémica cuestión. No todo el mundo concordó con su postura. Por otra parte, Ursino no era el tipo de hombre que podía soportar, y mucho menos disfrutar, acalorados debates durante mucho tiempo. Ya en 1560 deja su puesto como profesor en su ciudad natal y viaja a Zurich, después de una corta estancia allí, el elector Federico III le requiere que vaya a enseñar a Heidelberg. En poco tiempo demostró su valía como profesor de teología y fue nombrado profesor de dogmática en la Universidad de Heidelberg. 

Durante su estancia en Heidelberg escribió otros dos catecismos, sus catecismos Menor y Mayor, además de participar en el catecismo de Heidelberg. Como se mencionó anteriormente, cuando Luis IV sucedió a Federico III como elector, el clima político y teológico en Heidelberg cambió. Finalmente, en 1578, Ursino se trasladó a Neustadt an der Weinstraße y siguió viviendo allí hasta su muerte en 1583.

Nota: Se puede consultar más información sobre la autoría del catecismo en: Bierma, Lyle D. Introducción al Catecismo de Heidelberg: Fuentes, Historia y Teología (Grand Rapids, 2005), p. 49-74.